Cómo construir un entorno de software gratuito sobre Windows.

Hace muchos años que trabajo con ordenadores con sistema operativo de Microsoft; empecé en los años 80 con los primeros “Personal Computer”, primero de IBM y luego con los “compatibles”, más económicos, que funcionaban bajo MS-DOS, aquel sistema operativo en modo texto que con unas decenas de comandos nos permitía gestionar nuestros ficheros almacenados en discos duros cuya capacidad hoy día daría risa.

Ya en los 90 llegó el éxito de Windows, con la versión 3.1, que se convirtió en el sistema operativo más vendido hasta el momento, superando por mucho al sistema operativo de Apple, competidor directo de Microsoft.

Y desde entonces, como millones de usuarios en todo el mundo, he ido instalando en mis ordenadores personales, unas veces voluntariamente, otras por obligación, versión tras versión de Windows que Microsoft ha sacado al mercado.

Como muchos otros usuarios la satisfacción de los primeros años se ha ido convirtiendo en una sensación de desencanto y decepción que me ha llevado en más de una ocasión a renegar de Microsoft por motivos diferentes a lo largo del tiempo y a intentar desmarcarme de su política monopolista aproximándome al mundo linux.

Conozco usuarios que en su día dieron el salto al mundo del Apple Mac y ahí siguen, y también conozco a quienes a base de gran esfuerzo personal optaron por linux, y ahí siguen. En mi caso y no voy a negarlo, las mayores tasas de productividad las he alcanzado siempre, aún a mi pesar, en el entorno Windows, y aquí sigo, con esa sensación constante de amor-odio.

De mis incursiones en el mundo linux he extraído algunas conclusiones, como las grades ventajas del software libre, y quizá una vertiente más prosaica, aunque muy interesante para el usuario final, que es la existencia de software gratuito, totalmente fiable y con unos niveles de funcionalidad y de soporte más que adecuados para un usuario de tipo medio. 

Así que hace tiempo que me planteé un reto personal consistente en utilizar siempre que fuera posible software libre, o en su defecto, software gratuito, a pesar de trabajar en entorno Windows. 

Para evitar caer en la paradoja de dar de comer al “leader Microsoft” mientras dejo de pagar licencias a las empresas que desarrollan software para este entorno, mi reto tiene una segunda premisa consistente en no migrar nunca a versiones posteriores del sistema operativo hasta que me sea totalmente imposible trabajar de una manera mínimamente decente. En este aspecto, sigo anclado en Windows XP, habiendo dejado pasar de largo Vista y e intentando hacer lo mismo con Windows 7, algo que los fabricantes de hardware me lo están poniendo muy difícil.

Y ustedes dirán ¿y a qué viene todo eso?. Pues mi sencillo, viene a constatar el hecho de que es posible disminuir drásticamente los costes de software del PC personal utilizando exclusivamente recursos libres y/o gratuitos disponibles para todos los usuarios, a pesar de mantenernos dentro del mundo Microsoft.

¿Cómo es posible?. Bien, por un lado utilizando software libre, la mayoría gratuito. Por otro lado, cada vez hay más fabricantes de software propietario que permiten descargar versiones reducidas a coste cero, con la intención de que probemos el software y cuando nos quedemos cortos en determinadas funcionalidades no disponibles optemos por “comprar la licencia” de la versión extendida, y en alguna ocasión, para tareas puntuales, he llegado a descargar una demo de tiempo limitado para hacer el trabajo concreto que necesitaba.

Por otra parte no debemos olvidar a las aplicaciones en la nube, tipo Google Apps, que también disponen de opciones son coste y que habrá que tener en cuenta en el futuro.

En este momento el 90% del software que utilizo, sistema operativo aparte, que tengo instalado en mis ordenadores personales es legal y no tiene coste económico alguno; desde los sistemas de protección como el antivirus o el antispyaware, el navegador de internet, el software de grabación de CD/DVD/Bluray, los editores de fotografía, vídeo o sonido, el paquete ofimático o el planificador de proyectos o incluso el gestor de máquinas virtuales están dentro de esta categoría.

Este planteamiento puede ser perfectamente válido para diversas situaciones, por ejemplo:

• Como una mera política para avaratar costes en licencias; MSOffice tiene un coste por ordenador instalado y OpenOffice o LibreOffice son totalmente gratuitos.
• Como una fase previa a la migración definitiva a un entorno Linux. Podemos utilizar , siempre que podamos, la versión de software para windows que posteriormente utilizaremos sobre linux. Así, dos herramientas habituales en entornos linux como el navegador y el paquete ofimático, normalmente Internet Explores y MS Office, pueden ser sustituidos por Firefox y OpenOffice o LibreOffice.
• Como una manera de experimentar otros modelos de negocios software.

Uno de los entornos donde entiendo que es más fácil aplicar esta estrategia es el entorno docente, donde los costes son importantes y no tenemos problemas con los usuarios (los alumnos), ya que aprenderán a manejar las herramientas que se les planteemos en cada caso. Es posible que tengan más problemas los profesores, que como en mi caso, llevan años trabajando con Microsoft, pero todos somos conscientes que a la tarea de enseñar siempre va asociada la tarea de aprender.

Me propongo ir publicando una serie de artículos en los que hablaré de las diferentes alternativas de software gratuito para PC disponible para Windows y que podemos utilizar, a la vez que propongo a los lectores que aporten sus propuestas, que seguro serán agradecidas por todos.

Se podría abrir otro capítulo sobre aplicaciones sobre servidor, gestores de bases de datos, gestores de contenidos, campus virtuales, etc.....; basta como ejemplo el entorno Moodle del que hablamos habitualmente en este blog.

Para abrir boca he aquí una página muy recomendable que va en esta línea: http://www.cdlibre.org/