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Se trata de un blog con una clara vocación de divulgación técnica y su objetivo es facilitar a los formadores el acceso a los recursos informáticos existentes hoy en día.

jueves, 16 de febrero de 2012

La gestión técnica de la formación on-line vista por un formador autónomo.


Uno de los mayores problemas con el que se encuentra determinado tipo de docentes a la hora de abordar un proyecto de formación on-line es la gestión de la plataforma técnica del mismo. Hablo fundamentalmente de los docentes que no pertenecen a una empresa sino que trabajan por cuenta propia como formadores autónomos o freelance, como algunos prefieren llamarlos.

La realidad de estos docentes es que además de otros problemas coyunturales (bajada constante de la demanda, competencia de empresas de todo tipo, caída de precios,...) y de tener que realizar en el día a día otras funciones más allá de las propias docentes (han de hacer de comerciales, de administrativos, de gestores, de...), ahora les toca hacer de técnicos de sistemas, de informáticos para simplificar. Y es que cada vez hay más clientes que quieren cursos en formato e-learning.

Muchos caen en la simplificación de pensar que basta con pasar los contenidos habituales de un curso presencial, texto puro y duro con alguna imagen incrustada, a cualquier formato electrónico (PDF es lo más normal) y transformar las presentaciones “tipo powerpoint” que se utilizan para apoyar las clases presenciales a un formato cualquiera de vídeo, para tener un curso en línea.

Este planteamiento sirve en tanto en cuanto haya clientes, cada vez menos, que se conformen con ello; pero la realidad es que la mayoría de los formadores autónomos saben que necesitan evolucionar y están dispuestos a hacerlo. Cada vez hay más formadores que deciden abordar el tema con seriedad y aprender el manejo de diferentes herramientas de creación de contenidos didácticos, desde herramientas ofimáticas, pasando por las llamadas herramientas de autor, hasta llegar a la construcción de cursos en plataformas e-learning específicas.

Veamos como aborda esta problemática un formador autónomo cualquiera y hasta dónde le puede llevar esta situación.

El problema de verdad viene cuando un determinado cliente, una PYME que no dispone de infraesructura técnica e-learning alguna, pide a nuestro formador que le imparta un curso en formato on-line. Si nuestro formador le dice que no puede hacerlo, lo más probable es que pierda el cliente para siempre, porque siempre habrá alguien más que sí lo pueda hacer. Así que le dice que sí y se pone manos a la obra.

La primera opción puede ser hacerse con una plataforma e-learning donde desarrollar este curso, y por qué no, otros cursos más y así establecer una nueva línea de negocio.Entre pagar licencias de un programa propietario o utilizar software libre, está clara la decisión Se informa y ve que existen varios LMS solventes, pero que Moodle es el más difundido y del que más documentación de soporte se puede encontrar. La decisión está tomada.

Instalar la plataforma Moodle en el ordenador personal es relativamente fácil y no le lleva demasiado tiempo; en varios artículos de este mismo blog nuestro formador ha encontrado el procedimiento para instalarlo en su ordenador personal, y ya está listo para comenzar a diseñar su curso. Pero se da cuenta que hay muchas opciones y tipos de recursos y configuraciones que hacer, así que llega a la conclusión de que primero tiene que aprender a manejar el programa y comienza, con el mejor criterio del mundo, leyendo manuales de Internet, muchas veces obsoletos, y dedicando decenas de horas en aplicar ese método tan nuestro conocido como “prueba-error”, que ha llevado a tantos a abandonar un proyecto, por pura desesperación.

Es aquí cuando le doy mi primer consejo a este formador.

“Usted se dedica a la formación y conoce las ventajas que tiene aprender mediante un buen curso, así que, aunque gaste un poco de dinero, busque un buen curso donde aprender a utilizar Moodle dedicando el menor tiempo y esfuerzo personal; seguro que ahorrará muchas horas y muchos disgustos, y su proyecto tendrá una oportunidad de seguir adelante.”

Nuestro docente acepta el consejo y ha aprendido a manejar Moodle con una cierta soltura y ha sido capaz de diseñar su primer curso en el Moodle que instaló en su ordenador personal.

Pero aquí no finalizan sus dolores de cabeza ni los obstáculos a superar, ahora tiene que buscar dónde alojar su curso en Internet, para que los alumnos de su cliente puedan accede al mismo; no hay que decir que su ordenador personal no sirve para ese cometido. Así que pregunta, lee, investiga por ahí y todo el mundo que sabe un poco de esto le dice con toda la tranquilidad del mundo “lo que tienes que hacer es contratar un hosting”. Así que nuestro docente necesita contratar un servicio a una empresa especializada en albergar servidores para su acceso a Internet.

En esta fase se pregunta qué empresa de hosting es la más adecuada, qué debe contratarles para cubrir sus necesidades y sobre todo, cuanto se debe gastar en ello. Llama por teléfono y manda correos pidiendo información a varios servicios de ventas de empresas que se anuncian por Internet y en revistas de informática, y le invade el desasosiego cuando le preguntan cosas como: ¿cuántos dominios necesita? ¿cuántas cuentas de correo? ¿qué espacio en disco? ¿cuanta transferencia mensual? ¿el tipo de base de datos?... Se da cuenta que se trata de servicios muy especializados y que no tiene criterio para seleccionar el más adecuado, así que decide comprar el pack más barato y probar, ya que le han dicho que si se queda corto siempre puede contratar un pack de características superiores.

Instalar el Moodle es en este proveedor no es tan fácil como instalarlo en el PC, empezando porque hay que trabajar con un panel que al principio no es tan fácil como dicen, y sobre todo, porque no tiene ningún tipo de ayuda por parte del proveedor de hosting, “que no da soporte” y menos con el pack más sencillo.

Nuestro docente ha estado a punto de tirar la toalla, pero como es un personaje muy constante finalmente, ha sido capaz de instalar el Moodle en el hosting contratado y de subir el curso que había desarrollado. Piensa que lo ha conseguido y que ya le puede decir a su cliente que el curso puede empezar cuando él quiera.

Pero no es así, se da cuenta de que hay un montón de tareas a realizar; no vamos a enumerarlas exhaustivamente, pero sí mencionaremos algunas tales como configurar el sitio, dar de alta usuarios, hacer las copias de seguridad, adaptar las plantillas de presentación, instalar módulos adicionales,.... Tendrá que aprender ahora a administrar Moodle. Eso es otro curso, más tiempo y más dinero, y el cliente se está impacientando.

Es aquí cuando me permito darle mi segundo consejo, aunque es posible que me lo hubiera agradecido antes, cuando estaba seleccionando el proveedor de hosting:

"Dedique todo su tiempo y sus energías a diseñar el curso y a impartirlo y deje todo lo demás en manos de un experto, desde la selección del hosting hasta la administración de la plataforma. Contrate un consultor especializado que le gestione todos los temas técnicos. No es tan costoso como se puede imaginar y sin ninguna duda, le compensará sobradamente."

Nuestro formador empieza a pensar que no le va a salir rentable impartir el curso, entre los gastos de formación, los del hosting y los del consultor técnico.

Y aquí es cuando le doy mi tercer y último consejo:

"Asóciese con otros formadores en sus mismas circunstancias, seguro que conoce a más de uno, y planteen entre todos un proyecto de coworking virtual tecnológico, compartiendo un consultor técnico que les proporcione el hosting adecuado, que les forme según sus necesidades y que les asesore y acompañe durante todo el proceso. Es posible que entonces su proyecto salga adelante."

No deja de ser un planteamiento aparentemente complejo de llevar a cabo, pero usted está en la misma situación que nuestro formador y cree que esta puede ser su solución, puede contar conmigo, estoy a su entera disposición.

Si por el contrario decide seguir solo, también es posible que con el tiempo y sin pretenderlo, se convierta en un afamado consultor tecnológico....., y nunca se sabe.

2 comentarios:

  1. Javier, sólo puedo decir que estoy de acuerdo en el planteamiento y conclusiones del relato que compartes. Considero que un proyecto serio, y más aún en el caso de una acción en formato E-learning, debe contar con un equipo humano mínimo para que el formador se centre en los contenidos, seguimiento del proceso de aprendizaje etc. y otros profesionales se ocupen, por ejemplo de los aspectos "técnicos". Pienso que el coworking constituye un método apropiado y viable para abordar un proyecto de esas características con las garantías necesarias de eficacia y, por tanto, posibilidades de éxito. Si el presupuesto lo permite, claro.

    Esta es una opinión de carácter general sobre la cuestión que planteas. Lógicamente, habrá formadores/as que, por su preparación, capacidad y/o habilidades, puedan abordar todos los aspectos del proceso aún con la carga que ello conlleva, algo que yo desde luego admiro pero que no sería capaz de asumir.

    Para concluir y como planteamiento general, insisto: el apoyo de un equipo, aunque sea mínimo, es bueno para el objetivo que se persigue (el aprendizaje) y para el propio profesional de la formación (y su salud). Creo.

    Un saludo.
    Antonio Bouza

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  2. Estoy al 100% de acuerdo contigo en todo, se supone que la tarea de un formador es la de formar con todo lo que conlleva: elaboración de materiales, preparación de clases y ejercicios, técnicas de motivación, dinámicas, pruebas y evaluaciones y otras tareas añadidas.
    Pero si realmente te preocupas por impartir una formación actual (quiero decir en la onda de cómo está la formación ahora) y tu empresa no se preocupa ¿qué haces?. Mi empresa no se preocupa si tiene buen ancho de banda o no, ni se preocupa de dar el valor añadido de la disponibilidad online a los cursos presenciales.
    Pero a mí me preocupan estas cuestiones además de impartir la mejor formación que me sea posible.
    Por éste motivo me encuentro, como bien dices, dedicando gran parte de mi tiempo (no perdiendo porque el aprendizaje no se puede considerar nunca una pérdida de tiempo, buscando alojamiento gratuito, intentando configurar el sitio, instalando y configurando Moodle y otras muchas tareas. Y digo intentando porque aún no sé si lo conseguiré al final, pero bueno mientras disponga de tiempo lo seguiré intentando y formándome en lo que pueda.
    Ahora bien, si hablamos de un curso elearning del que tienes que responder y cumplir ante un cliente está muy claro que no puedes arriesgarte, asíque lo mejor es contratar a un experto que lo ponga en funcionamiento, en un hosting con garantía de servicio para no correr el riesgo de quedar colgado en cualquier momento y contar con los servicios de un administrador.

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