Entre los perfiles que Moodle plantea dentro de su estructura de roles por omisión, se encuentra en el nivel de permisos más alto el Administrador de la plataforma, el que tiene todos los permisos para hacer y deshacer a su antojo y al que los docentes deben recurrir para, entre otras cosas, solicitar la creación de los cursos sobre los que ellos posteriormente desarrollarán los contenidos e impartirán la formación a sus alumnos.
Debido a esta dependencia funcional, hay que decir que no siempre totalmente satisfactoria, es bastante habitual que un docente que haya alcanzado el grado de usuario avanzado y conozca (o crea conocer) perfectamente todas las funcionalidades de la plataforma se plantee en algún momento dar el salto y convertirse, o al menos formarse, como administrador Moodle. Las motivaciones pueden ser varias, desde la propia adicción, en el buen sentido de la palabra, que crea Moodle en sus usuarios y que les empuja a conocer cada vez más y mejor el producto, hasta la sana ambición de progreso profesional y de obtener un mejor estatus dentro del entorno laboral en el que cada uno se encuentra
Llegados a este punto surge la duda razonable sobre cuales son o deben ser las funciones de un Administrador Moodle y si para realizar estas correctamente se requieren o no conocimientos previos de índole más técnica que el docente en cuestión es posible que no posea, con el consiguiente riesgo de que estas carencias puedan frustrar sus aspiraciones formativas.
Intentaré dar respuesta a esta a inquietud estableciendo una serie de funciones que alguien debe desempeñar en algún momento sobre una plataforma Moodle intentando determinar cuales de estas funciones debieran recaer sobre el Administrador de la misma, lo que a su vez nos dará una aproximación a los conocimientos que debiera tener quien desarrolle este rol.
Así, por lo tanto, para que un profesor pueda comenzar a desarrollar contenidos para un curso, alguien con anterioridad ha debido realizar las siguientes operaciones.
- Adquisición del hardware sobre el que se soporta la plataforma
- Instalación del Sistema Operativo, Gestor de Base de Datos, Servidor Web y otros software de base requeridos por Moodle
- Creación y configuración de la Base de Datos, Servidor Web y estructura de seguridad y comunicaciones.
- Instalación y configuración inicial de Moodle sobre la infraestructura anterior.
- Activación y configuración avanzada de las extensiones (plugins) opcionales que acompañan a Moodle
- Creación de la Estructura de Cursos del sitio
- Creación de las políticas de usuario (sistemas de matriculación de alumnos y profesores)
- Creación de las políticas de copias de seguridad
- Tareas de mantenimiento y actualización de versiones
A partir de este momento, una vez implementadas estas acciones, ya es posible que los docentes que vayan a utilizar la plataforma Moodle puedan hacerlo sin dificultades. Pero esto no es suficiente, ya que con toda seguridad precisarán de un soporte para hacerlo, soporte que puede estructurarse en otro grupo de funciones
- Formación inicial
- Asesoramiento funcional
- Gestión de incidencias
Una vez que tenemos confeccionada la lista de funciones (seguro que podemos añadir alguna más) vemos claramente que se pueden dividir en tres grandes grupos, a saber
- Gestión de la infraestructura técnica, que agrupa todas las tareas iniciales relacionadas con la infraestructura que requiere Moodle y que son necesarias en cualquier sistema de información
- Gestión funcional de la plataforma, básicamente la gestión de los recursos internos de la plataforma
- Gestión del soporte que agrupa las tareas de ayuda y apoyo al usuario
En mi opinión y fruto de la experiencia profesional he de decir que el Administrador Moodle (o el de cualquier otro sistemas informático) ideal sería aquel que pudiera cubrir los tres aspectos mencionados, aunque en la realidad es bastante difícil encontrar esta figura, ni siquiera en las grandes organizaciones donde se cuenta con un amplio departamento de Sistemas y Soporte y donde se da la circunstancia que las funciones mencionadas no recaen nunca sobre la misma persona sino que están repartidas en diferentes roles especializados, como técnicos de comunicaciones, técnicos de sistemas, técnicos de bases de datos, técnicos de soporte, etc....
Es en organizaciones de tipo mediano o pequeño, donde determinados sistemas informáticos, como pudiera ser Moodle, son piezas fundamentales del negocio y que cuentan con un pequeño departamento de sistemas, donde es más habitual encontrar esta figura “todo terreno”, tratándose normalmente de un técnico de sistemas, responsable de la infraestructura tecnológica y que asume la administración interna de diversas aplicaciones corporativas, entre ellas Moodle.
Ahora bien, lo más normal en este tipo de organizaciones es encontrarnos con un escenario en el que se produce una separación de funciones de manera que la gestión de la infraestructura recae en el personal técnico del departamento de sistemas mientras que la gestión funcional de las aplicaciones, en nuestro caso de Moodle, pasa a ser responsabilidad del departamento responsable de la aplicación y la operativa recae en manos de un usuario avanzado.
Por otra parte, cada vez es más habitual que las organizaciones subcontraten a proveedores externos para la realización de diversos proyectos y servicios con una alta componente de especialización tecnológica, gestionando a nivel interno solo las operaciones de índole más funcional y relacionadas directamente con el núcleo del negocio. En el caso de Moodle es muy habitual delegar en un proveedor de hosting la gestión de la infraestructura de nuestro campus virtual.
En cualquiera de estos dos últimos casos el Administrador de Moodle se libera de la componente más tecnológica de la administración y se centra en la operativa funcional del día a día, pudiendo ampliar sus funciones al área de soporte, dedicándose a tareas de formación de los usuarios, asesoramiento en la utilización de la plataforma y asumiendo un papel de intermediación entre los usuarios y los técnicos, ya sean estos internos o externos a la organización.
Por tanto, es en este tipo de escenario donde cobra sentido la evolución profesional desde el rol de Profesor Moodle al rol de Administrador Moodle y donde los conocimientos tecnológicos necesarios pasan a un segundo plano y se circunscriben a la interlocución con los técnicos de sistemas que son realmente los que mantienen la infraestructura de la plataforma para que sea en todo momento operativa y segura.
El espacio que debe ocupar un Administrador Moodle está sin duda alguna en la gestión funcional de la plataforma y en algo tan importante o más como es el soporte a sus usuarios administrados, para los que el administrador tiene que ser el punto de referencia y de motivación para avanzar en el uso pedagógico de Moodle.
Es verdad que cuantos más conocimientos técnicos posea el administrador, más fácilmente abordará determinado tipo de situaciones, aunque personalmente ya me sentiría satisfecho si la mayoría de los Administradores Moodle supieran simplemente instalar Moodle en local y crear un espacio de prácticas personal que les sirviera de laboratorio de pruebas, ya que todos sabemos que con las instalaciones en producción no se juega.
Enhorabuena por el artículo. Totalmente de acuerdo en lo que expones.
ResponderEliminarEn el ámbito de Moodle entre docentes, además de todas las funciones que has señalado, destacaría la de motivar la participación. Considero que es la verdadera clave para llegar al aprendizaje en entornos colaborativos.
Muchas gracias.
Recibe un saludo cordial,
Manuel T. Martínez Peinado.
Javier, clarisimos tus conceptos!!!Muy lucido describir las tres areas de funciones. A lo cual yo agregaria que debido a que la gestion requiere de competencias bastante diferentes como poder entregar contenidos o diseño instruccional yo recomendaria un equipo interdisciplinario
ResponderEliminarsds, Alicia Lilliecreutz